lunes, 7 de agosto de 2017

contacto político 307, minilic, ruffo,

Flamante rata

JUAN CARLOS GONZÁLEZ BAREÑO

Secretario general del ayuntamiento de La Paz


De pronto lo vi dentro de mi oficina.
Entró como Juan por su casa, traía la cola entre las patas.


De pantalón azul y camisa blanca Juan Carlos González Bareño a rajatabla me dijo que le echara la mano pues Narciso Agúndez Montaño los quería meter al bote a él y a Ramiro Ruiz.
Tres años antes Lucio Espinoza Chavira me invitó al hotel Baja donde estaría el fiscal de la federación que se encarga de darle seguimiento a las raterías de lo funcionarios públicos. (Fiscal de la función pública) De entrada no acepté la invitación, entonces cambió de estrategia. Me pidió -- Ok, acompáñame – y ahí no pude rehusarme pues no iría a hacerles el caldo gordo a los funcionarios, acompañaría al amigo como su guarura.
En salón especial coronaban el presídium Narciso y Rosadelia por lo que me negué a entrar, pero la insistencia de Lucio hizo que tomara asiento en la fila de atrás. Delante de mí quedaron Ramiro y Juan Carlos, a quienes no había reconocido pues estaban de espaldas. Seguramente alguien les hizo señas pues los dos voltearon al mismo tiempo a saludarme. En eso llegó muy atento Chavira con un refresco de lata y un par de galletas que dejó en mis manos.
-- Ve pa’ ya – me dijo Juan Carlos dando a entender que fuera a su oficina. Había batallado con ellos, con Ramiro y Juan Carlos,  por seis meses por un crédito para la edición del libro Libertad Interna, préstamo que no acepté pues querían que la impresión se hiciera en el negocio de Juan Carlos que tiene como prestanombres a su hermano.



    Fachada de la imprenta de Juan Carlos


Imprenta que Juan Carlos González Bareño utilizaba para robar ‘limpiamente’ los dineros de banco Social del Estado de BCS, Sita en Guillermo Prieto y 5 de febrero

El libro le editó la Imprenta La Paz por sólo 10 mil pesos, contra 120 mil pesos que quería ‘prestarme’  a través del banco Social. Tiempo después si acepté 10,630 pesos para la compra de equipo de cómputo y, como ‘se traspapeló el crédito’ Juan Carlos quería que le firmara de nuevo. Le firmé con tal de que no lo metieran al bote, no sólo por esa cantidad, desde luego, sino que con ese ‘reconocimiento’ logró parar un poco la persecución que le hacían por otro billete que le dio al Moyeyo, dinero que le correspondía a un Loretano.

Juan Carlos acusó al jefe de prensa, delante del sobrino del presidente municipal, de haber suspendido discrecionalmente los convenios de publicidad, ese fue el pretexto con el que obligaron al primer jefe de prensa a renunciar, pero la verdad es otra, quería seguir robando ahora junto a otro sobrino de Armando Martínez Vega, por cierto acusado de cobrar por la plaza en La Paz BCS, Álvaro Orlando Gerardo Cabanillas, a quien lo ‘enfría’ como su secretario particular pues hay una investigación en la PGR en su contra por nexos con el narcotraficante Inés Zamudio, y por haber participado en el asesinato de un joven de San Carlos.




Pactada
La entrega del Minilic
Así lo hizo el líder del cartel del Golfo.


El 14 de enero de 1996, 14 agentes de la PGR, comandados por un mp federal, entraron al rancho de Juan García Ábrego quien ya los estaba esperando con su perro fiel al lado – Don Juan – le dice el mp federal – venimos por usted.
El poderoso líder del cartel del Golfo se levantó de su mullido sillón y se encaminó a la puerta junto a los agentes que lo escoltaron como custodian los diputados a algún invitado especial a su salón de sesiones.
La del minilic fue distinta. Luego de hablar con su papá, Dámaso López Serrano se entregó el 26 de julio pasado, en el puente de Calexico, California USA, a los agentes de la DEA que previamente habían hablado con él en su natal El Dorado, Sinaloa, México.
La DEA así trabaja. Primero habla con los que va a detener, les promete protección a testigos y les hace ver los pros y los contras, como lo hizo con El Capi o El Mexicano en la cárcel de La Paz BCS, detenido por las fuerzas armadas de México quien lo habría detectado en una casona de las calles Márquez de León y Altamirano, donde despachaba Arturo Rubio Ruiz (mientras Manuel Rodríguez López estaba en el cereso)
El minilic llegó en punto de las 7 de la mañana al puente que une las ciudades de Mexicali, BC con Calexico Cal, donde oficialmente tramitó su entrega a sabiendas de que su papá, Dámaso López Núñez, alias El Licenciado, lo estaría esperando en las oficinas de la DEA en esa ciudad fronteriza.
El convencimiento se logró luego de que agentes de la DEA le hicieron ver que su vida pendía de un hilo pues los hijos del Chapo lo habían ‘palomeado’, además de que La Marina de México lo traía entre sus prioridades por la muerte de seis de sus elementos en una emboscada que realizaron en Badiraguato Sinaloa para rescatar a un herido que bajaron de la ambulancia militar y se lo llevaron con rumbo desconocido y, una vez detenido y encerrado en una celda de México, lo matarían pues su cabeza tenía un precio en el grupo que comandan los hijos del Chapo por el secuestro de estos en la discoteca La Leche.
Dámaso padre fue detenido el 2 de mayo de este año en la colonia Anzures de la Ciudad de México luego de que la DEA le diera el pitazo a los marinos para, enseguida, redireccionar el boletín de prensa como una detención de la PGR con un grupo de agentes de la AIC (Agencia de Investigación Criminal)

La noche del 31 de agosto de 2014, El Barbas (minilic) estuvo en el hospital Salvatierra donde atendían al Rayo, después de que se dejara pegar un balazo en la nalga para ‘acreditar’ su no participación como ‘dedo’ en la traición llevada a cabo en el kilometro 8, esa misma noche, luego de que Los Cero Cero no quisieron entregar la plaza al grupo de Los Dámasos.
Tomado de la revista Contacto Político 286:
Al no ponerse de acuerdo, el 31 de julio de 2014 trataron de pactar policías del estado, los Dámasos y la gente de Luis Montoya por la plaza de la ciudad La Paz pero al llegar el Rayo, de quien se supone acomodó las piezas para la reunión en el kilómetro 8 de la carretera La Paz a Los Planes, los integrantes de tres vehículos ‘todo terreno’ que se encontraban escondidos entre los matorrales empezaron a disparar sobre otros tantos autos que conducían los del ‘encuentro cumbre’ entre los que destacaban el Pantera, el Betillo y el Ferrari mismos que cayeron abatidos a tiros, y dejando con una bala en sedal sobre la nalga al Rayo quien fue llevado por agentes ministeriales al hospital Salvatierra para su atención médica.

En los momentos en que levantaban al herido, los vehículos todo terrenos salieron dentro de la espesura, bajo las sombras de la noche sin que los policías hicieran algo por detenerlos, solo se limitaron a observar que tomaban rumbo a La Paz donde vecinos de las colonias Agua Escondida, Correcaminos, los vieron pasar para salir cerca del panteón Jardines del Recuerdo con rumbo a la carretera al sur por donde se encuentran las oficinas de la subsecretaría de seguridad pública.

En el nosocomio estaban gente del Rayo, uno de ellos fue reconocido por un coronel de las fuerzas armadas como el Barbas, mismo que se dio cuenta de la identificación por lo que, a como pudo se escabulló por entre la gente al momento de que interrogaban al herido.

Las indagaciones apuntaban a la participación de cuando menos 4 policías de la subsecretaría de seguridad pública entre los que se encuentran Aurelio Parra Mungaray, Fernando Estrada (el Mono) Martín Aceves y Rubén Romero que curiosamente al día siguiente de los hechos dos de ellos fueron reportados como desaparecidos por sus familiares quienes no mostraban tristeza al momento de la denuncia ministerial.

Al día siguiente de los hechos del 31 de julio de 2014, el periodista Jacinto Romero se enteró que en el kilometro 8 de la carretera de La Paz a Los Planes BCS habrían asesinado a tres mañosos, quedando herido uno más. Con los números de placas de los autos y la de una cuatrimoto dejados en el lugar, se dirigió al departamento de tránsito para conocer el nombre de las personas que aparecieran como dueños de los mismos.
De inmediato, al tener los nombres, en su cuenta de Twitter dio a conocer poco más que los diarios, pero un tipo que sirve como secretario en las oficinas de los senadores del PAN trató de desacreditar su información preguntando dolosamente que si a quién chantajearía con esa información. Eso permitió que Jacinto ya no le diera seguimiento públicamente a los hechos que a partir de ese momento aterrorizaron (y aterrorizan) a los habitantes de la ciudad La Paz.
Vehículos que traían los amigos de un secretario de los senadores Choyeros. (foto sólo en la revista impresa)




Ruffo fue hecho por priistas
El general Valdivia entre ellos
No querían a Mercado

Adán Ruffo Velarde fue presidente municipal gracias al hartazgo ciudadano que deseaba al PRI fuera del poder. Para ello operaron muchos priistas a favor del Chóforo y de Adán (en La Paz, sobre todo, nos tocó ser testigos de tal comprenda)
No querían a Guillermo Mercado Romero y menos a los pillos que lo acompañaban.
Los priistas regionalistas querían al Antonio Manríquez Guluarte pero este cedió a la presión de su partido gracias a los regalos que le hicieron. En aquel entonces se dijo de una casona con valor de mil millones de viejos pesos que estaba en la punta del cerro que compone la exclusiva zona de Lomas de Palmira y Club del Cortez, según pasas la Colina del Sol de Pancho King, rumbo a Palmira. (Foto Google earth)
(foto sólo en la revista impresa)
Residencia que la vox pupoli empezó a señalar como el lugar dónde el Tony Manríquez se refugió con casa ‘nueva’ en la zona exclusiva de Palmira después de ‘aceptar’ no ser el candidato del PRI. Como sabemos el PRI no ganó las elecciones de 1993 pero la concertacesión no respetó la voluntad popular.

Luego entonces las aspiraciones del Adán Ruffo Velarde son solo eso, aspiraciones guajiras pues no se ve un grupo de políticos (pesados) que le apoyen, a no ser que algún cartel de las drogas lo que irá imponer pues como sabemos su gobierno fue intolerante con el vago, pero complaciente con los narcos internacionales, con su grupo táctico de Los Tiburones que ningún pesado detuvo, por cierto.
Ruffo mandó encerrar, junto al chorizo Ortega, al Pedro Enrique que les descubrió una serie de irregularidades en transportes, contando con ello con la complicidad de Teódulo Sanmiguel y el juez Víctor Arcadio Viveros Villa (preso recientemente por su relación con el narco, pero liberado inmediatamente gracias a una orden superior del cártel de Sinaloa)
Ruffo peleó con los mercadistas, ese es su único mérito, que no lo dejaban trabajar sacando incluso a la calle una planta eléctrica para generar energía para sus necesidades en las instalaciones del palacio de piedra que ocupaba como oficinas del ayuntamiento paceño pues ni para pagar a CFE tenía.
El hijo de la güera Velarde al buscar la nominación como candidato de un partido distinto al que lo llevó al poder, muestra que si tiene un padrino que lo alienta, de lo contrario si es locura temporal pronto lo veremos en Chametla donde le higienizarán la mente pues sabe bien que no tiene ni méritos ni propuestas para gobernar de nuevo un municipio ávido de seguridad, servicios públicos, espacios recreativos, trabajo, etc, esto es, desarrollo sustentable en beneficio del pueblo.

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